Us adjunto el debat mantingut ahir amb la ministre espanyola d’Exteriors al Congrés dels Diputats arran de la situació que es viu al Sahara ocupat.
El señor PRESIDENTE: Damos paso a las intervenciones de los grupos peticionarios de la comparecencia. En primer lugar, tiene la palabra en representación del Grupo Parlamentario de Esquerra Republicana-Izquierda Unida el señor Tardà, cuyo tiempo de intervención será compartido con el señor Llamazares. Señor Tardà.
El señor TARDÀ I COMA: Efectivamente, vamos a compartir el tiempo con el compañero Gaspar Llamazares. En primer lugar, quisiera dejar sobre la mesa un par de constataciones. La primera: estamos convencidos de que, a pesar de toda la actitud crítica que hemos mantenido con el Gobierno, el discurso del ex ministro Moratinos hubiera sido muy distinto al que hemos oído. Primera constatación: hemos dado un paso atrás, un paso atrás que lamentamos. En segundo lugar, todas las referencias que hagamos en esta intervención al Estado marroquí se refieren solo al Estado marroquí, a la estructura gubernamental marroquí, nunca al pueblo marroquí, al cual respetamos y con el cual nos sentimos muy solidarios, máxime cuando muchos de los nuevos ciudadanos catalanes, españoles, son hijos de aquellas tierras. De manera que nadie intente manipular las palabras que diremos. Estamos con los pueblos, somos críticos en algunas ocasiones con las estructuras de poder, en este caso, con un Estado marroquí que tiene unas estructuras de poder difícilmente homologables con lo que entendemos por democracias occidentales. En tercer lugar, ciertamente Marruecos Estado es el culpable, pero la responsabilidad no recae solo en Marruecos, sino también en España. Y esto es así, aunque no quieran, es más, yo lamento el cambio de posición. He tenido la ocasión de ver, porque me ha llegado hoy, es el favor de las nuevas tecnologías, una intervención suya de hace unos años y francamente son muy distintas las palabras que dirigía a la ciudadanía de la posición que usted mantiene aquí hoy. ¿Qué le parecería a usted que la socialdemocracia europea, por ejemplo, hubiera tenido una actitud distinta respecto a la dictadura fascista del general Franco, atendiendo a que hubiera estado en el poder, gobernando, o en la oposición? ¿Qué diríamos hoy de la socialdemocracia europea, por ejemplo, de la alemana? Ya sé que no todo tiene el mismo parámetro, ni todos los escenarios geopolíticos e históricos son idénticos, pero hay que mantener una línea mínimamente coherente. ¿Cómo que no somos responsables si el padre de la patria saharaui, si me permiten la expresión, el Companys moderno saharaui, desapareció en la cárcel española en el año 1970 y todavía no saben dónde está? El día que los saharauis hayan construido su Estado es posible quizás que alguna de las ciudades o quizás las instituciones más importantes lleven el nombre de Basiri, que desapareció en una cárcel española y que incluso ahora, que se conmemora el 40º aniversario de su desaparición, todavía no se sabe dónde está. Esto por remontarnos solamente a aquello que también conforma el imaginario de los pueblos.
Estamos hablando de sufrimiento, de dolor, de opresión, por eso duele mucho que la ministra de Cultura, por ejemplo, haya ofendido, como ha ofendido, a aquellas personas. Precisamente porque hay dolor, siempre que hay dolor, hay solidaridad. Es pura dialéctica: cuando ha habido dolor, ha habido solidaridad. Y hay miles y miles y miles de ciudadanos españoles que durante años se han solidarizado activamente, de derechas y de izquierdas.
Y ahora resulta que sale la ministra, pero ¿qué se ha creído? ¿Cómo puede ofender así, que no hay que opinar? ¿Qué significa que no hay que opinar? Debería haber pedido perdón al cabo de quince minutos y no lo hizo. Muchas veces la ciudadanía va por delante de los intereses estrictamente materiales, económicos y geopolíticos.
En segundo lugar, el señor Jáuregui tuvo incluso el atrevimiento desde la tribuna de hablar de soberanía de Marruecos. Otra vergüenza, más allá de sus titubeos, de sus contradicciones, de su voluntad de no encarar los problemas de Estado como hay que encararlos. Les pedimos -yo mismo lo defendí con mejor o peor fortuna, mejor o peor, en la Comisión Mixta Congreso-Senado de la Unión Europea- a ustedes, que nosotros el Estado español al menos durante la Presidencia de la Unión Europea intentara forzar al máximo en las negociaciones bilaterales entre la Unión Europea y el Estado español, a fin y efecto de renovar los acuerdos pesqueros para que se tenga como principio el tener claro que estos recursos pertenecen no de oficio al Estado marroquí. Habíamos pedido que hubiera, atendiendo al hecho de que todavía no se ha firmado el acuerdo o el convenio, llamémosle como queramos, un antes y un después de la presencia en la Presidencia del Estado español. Recuerdo la paliza que nos dieron a nivel de votos en la Comisión. No quisieron saber nada de nada. Por no hablar de algunos comportamientos melifluos, por ejemplo cuando la activista saharaui, doña Aminatou Haidar, se plantó. Ustedes ya saben lo que ocurrió y a qué me refiero.
Así pues, más allá de estar de acuerdo con ustedes en que solamente el diálogo hará prevalecer la posibilidad de salir airosos de esa situación que ya hoy día podíamos empezar a calificar de genocidio, además si no se acaba con la absoluta hipocresía del Estado español y de otras democracias respecto a la situación del pueblo saharaui, las instituciones, en este caso Naciones Unidas, poco hará, atendiendo a los intereses de Estados Unidos y de otras potencias que también juegan con cartas marcadas.
Voy terminado, señor presidente. Debo compartir mi turno con el compañero Gaspar Llamazares. Espero que en la réplica usted nos concrete algo más, porque lo que pretenden es ir tirando y no afrontar las responsabilidades. Miren, 470 millones de euros ingresados en venta de armas desde el año 2007, el Estado marroquí es uno de los destinatarios, al menos de una buena parte de los recursos en ayuda oficial al desarrollo y además hay intereses recíprocos, intereses que todos conocemos y que son muy importantes en función de las necesidades del Estado español. Esto no quita que de una vez por todas ya no puede ser que se pongan como prioritarios los objetivos estrictamente económicos y se pretenda diluir la responsabilidad en un marco del concierto internacional, porque creo que es una manera de esconder la cabeza de forma vergonzante, tal como lo demuestra que usted misma defendía unas posiciones y ahora con un cierto sonrojo -al menos yo lo tendría- su posición es hoy diametralmente distinta.
Termino, señor presidente. A las nuevas generaciones no podemos transmitirles la idea de que los valores de la justicia, en este caso justicia universal, quedan hipotecados por los intereses económicos. Si esto además lo dice la izquierda, significa que la izquierda firma el certificado de defunción. ¿Realismo? Sí. ¿Realpolitik? Pero todo tiene un tope, todo tiene un límite. Lo que no puede ser es engañarnos porque lo pagaremos más tarde. Espero que no se ofenda por las palabras, no tienen ninguna voluntad de ofender. Quizás sean duras porque estamos muy indignados. Repito que nuestra posición es solidaria con todos los pueblos porque es evidente que la Monarquía alahuita utiliza perversamente a sus pobres para actuar como un ariete contra otros pobres y excluidos, como son los saharauis. Pobres entre pobres, manipulados por el poder, con la complicidad de algunas democracias.
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Hemos mantenido contactos con los países que forman parte del grupo de amigos, con Estados Unidos, con Francia, con el Reino Unido, con Rusia. Y todos ellos coinciden en destacar la imposibilidad a día de hoy para comprobar que los datos y las cifras que ofrecen las partes puedan ser claras y puedan ser veraces. Incluso el representante especial del secretario general de Naciones Unidas, el señor Haniab Delasis?, también nos ha comunicado su dificultad a la hora de determinar la veracidad de las cifras. Lo mismo ocurre en el ámbito de la Unión Europea y en Naciones Unidas. El otro día hubo un debate en el Consejo de Seguridad, por cierto se celebró una sesión informativa a puerta cerrada, en un principio esa sesión informativa se iba a celebrar el día 23, donde el enviado especial del secretario general de Naciones Unidas iba a informar sobre las conversaciones de las partes. Fue México, miembro no permanente del Consejo de Seguridad en este momento con su carácter rotatorio quien pidió que se informara además de los datos que se tenían.
La Minurso, ya que hablamos del Consejo de Seguridad. La Minurso, efectivamente, se creó en un determinado momento para cumplir dos objetivos. Uno, poder verificar la celebración del referéndum mediante la realización de un censo; otro, el poder mantener el alto el fuego. De hecho, hay más de 300 componentes de las fuerzas de la Minurso en El Aaiún, está ahí. Y el Gobierno pidió hace un año y además lo pidió el Grupo Parlamentario Socialista mediante una proposición no de ley apoyada por todos los grupos políticos de esta Cámara el que se ampliara la vigilancia y el componente de derechos humanos en esa misión de la Minurso. Siempre hemos sido igualmente exigentes con la defensa de los derechos fundamentales, de las libertades; y lo seguimos siendo ahora y se lo hemos dicho al Gobierno de Marruecos desde el primer día. Y precisamente, cuando tuve ocasión de hablar con el ministro de Asuntos Exteriores lo primero que hice fue pedirle -aún no había empezado el desmantelamiento del campamento- que continuaran el diálogo con los representantes del campamento que era importante que no hubiera violencia, que era importante mantener el diálogo y atender su situación. El señor Xuclà hacía una reflexión. ¿Estos saharauis que protestaban, que manifestaban su situación en El Aaiún lo han hecho al margen del Frente Polisario? Es una reflexión interesante y que también hay que contemplar y estudiar. ¿Ha surgido un grupo de descontentos que tienen que atender que son de carácter socioeconómico? Hay muchos interrogantes, hay muchos interrogantes y hay muchos elementos que hay que tener en cuenta porque lo que nos jugamos en el futuro es poder dar una respuesta política y que se produzca el proceso de descolonización que aún está sin completar, eso es lo realmente importante. Hemos pedido clarificación de los hechos, en todo momento; hemos mostrado nuestra preocupación, en todo momento; condenamos la violencia, en todo momento, la ejerza quien la ejerza, se produzca sobre quien se produzca. Por eso, la actitud responsable es esperar a conocer exactamente en quién se ha producido y cómo se ha producido. Velamos por los derechos humanos siempre. Y ofende profundamente pensar que alguien crea que el Gobierno de España antepone intereses a valores. (El señor Aragonés Mendiguchía: Pero si lo acaba de decir.)
El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Guarden silencio, por favor.
La señora MINISTRA DE ASUNTOS EXTERIORES Y DE COOPERACIÓN (Jiménez García-Herrera): Y no estoy dispuesta a admitirlo de nadie, de nadie. Creo que después habrá otro turno de palabra para quien quiera intervenir. Insisto, nunca hemos hecho esa referencia y nunca hemos hecho esa reflexión. ¿Qué ha hecho el Gobierno de España en este proceso? Hablar en todo momento con el Gobierno de Marruecos expresándole nuestra preocupación por lo que estaba ocurriendo, pidiéndole una investigación de los hechos, pidiéndole en todo momento que permitiera a la prensa viajar, a las organizaciones que están allí presentes, que les permita viajar, que les permita informar que es la única manera de tener credibilidad a la hora de informar y de saber lo que está sucediendo. Y lo hemos hecho de manera reiterada todos los días. El señor Llamazares se refería a que hoy había llegado una propuesta. Nosotros hemos pedido que vayan todos y todos los medios sin excepción y sin discriminación. (El señor Llamazares Trigo hace gestos negativos.) El Gobierno de España ha pedido que vayan todos y ha sido el Gobierno de Marruecos quien ha hecho una propuesta, como ha hecho con Francia. Pero, el Gobierno ha pedido que vayan todos los medios e insisto que ha sido el Gobierno de Marruecos quien ha hecho una propuesta concreta. Aquí, señoría, se han vertido -insisto- algunas opiniones que me han parecido especialmente duras. No me importa asumir mi posición de ministra del Gobierno y hacerlo, como siempre lo he hecho, desde el primer día que decidí dedicarme a la política. Siempre me han animado la defensa de la democracia, la defensa de la libertad, la defensa de la justicia, de los derechos humanos universales y, desde luego como Gobierno, la defensa de los intereses de mi país. No hay contraposición, no hay ningún tipo de mercadeo. Hay simplemente ejercicio de la responsabilidad, ejercicio de la responsabilidad entre lo que significa tomar decisiones sin conocer los hechos, los hechos tienen que conocerse con claridad y rotundidad sin que exista especulación y al mismo tiempo ser exigente mientras los hechos se están esclareciendo, en cuanto a la investigación que tiene que ser independiente y clara y en cuanto al resultado final de dicha investigación. Y junto a ello, desde luego, seguiremos trabajando porque en el fondo del problema -y situaciones como esta lo ha provocado- está un conflicto que dura ya demasiado tiempo. Y no ha variado nuestra posición ni va a variar porque es una posición que se ha reiterado a lo largo del tiempo. Y a pesar de las dificultades y a pesar de la situación tan dura que tenemos en este momento creemos que somos el país que está en mejores condiciones de ayudar a las partes a encontrar una solución.
Esa es la posición del Gobierno de España y esa es la posición que quería transmitirles a sus señorías directa y personalmente. (Aplausos.)
El señor VICEPRESIDENTE (Benegas Haddad): Para un breve turno de réplica de cinco minutos tiene la palabra el señor Tardà. (Pausa.) Cinco minutos flexibles. ¿Van a compartir, señor Tardà?
El señor TARDÀ I COMA: Sí, señor presidente.
Debo decir que me ha parecido muy decepcionante su intervención, señora ministra. Ha hecho un ejercicio de buena voluntad y estoy convencido de que usted la tiene, pero ya somos mayorcitos. (El señor Aragonés Mendiguchía: ¡Eso! ¡Eso!) Me parece insultante que en sede parlamentaria en un debate de esta altura usted se haya limitado a dar esta respuesta. Se vela por los derechos humanos siempre, con toda intensidad siempre, menos cuando interesa hablar menos de los derechos humanos. Todos hemos estudiado historia -usted seguramente mucho más que yo- y somos observadores críticos de la realidad del mundo en que vivimos, de manera que no nos trate como si fuéramos escolares.
Usted no ha sido capaz de decir nada ni tan solo de hacer una reflexión sobre lo que significa la venta de armas a Marruecos. Nada, como si esto no fuera importante, como si las armas fueran destinadas a que el rey cace pajaritos en las montañas del Rif. ¿Por qué usted, como persona de izquierdas, no es capaz de plantearse la duda de lo que significa la venta de armas a Marruecos? ¿Por qué no dice nada de esto? No lo entiendo. ¿Es que no está usted intelectual y éticamente obligada por su ideología a preguntarse si es correcto y necesario vender armas a Marruecos? Sin alejarnos de la realpolitik y sin alejarnos de la necesidad de hacer prevalecer siempre el diálogo entre las partes en situaciones difíciles, hay que ser consciente de que es lo que se puede condicionar en las relaciones con Marruecos a fin y efecto de convertirnos en parte activa de una situación donde reina la hipocresía de la neutralidad pasiva e interesada. Porque yo le pregunto: ¿Dónde estarán los saharauis dentro de treinta años? ¿Es que existirán? ¿Existirá, por ejemplo, la conciencia de pueblo, más allá de cuál sea su nivel desde el punto de vista de la viabilidad como comunidad e incluso desde el punto de vista económico?
Sé que no hay más tiempo. Creo que estamos todos -pero sobre todo ustedes- en una encrucijada: blanco o negro. Sé que en la política internacional no es blanca o negra, pero lo digo para que nos entendamos. O ustedes corrigen un tanto el rumbo, engarzan con la sociedad española y convierten la realpolitik necesaria e imperativa en algo distinto de lo que ha sido hasta ahora, o usted podrá hablar mil veces de los derechos humanos pero se irá consolidando un escenario de pregenocidio. Por mucho que usted apele a una gran trayectoria izquierdista, con eso no basta.