Inasequibles al desaliento, españoles de izquierda y derecha vuelven a repetir la reiterada falsedad de la sobrerrepresentación nacionalista (se supone que no la española), que con menos votos obtienen, supuestamente, más escaños. Mienten, y saben que mienten, pues basta aplicar las cuatro reglas que se enseñan en primaria, que todos, incluso Montilla, han aprobado.
Es cierto que la ley electoral prima a unos partidos en perjuicio de otros, pero los beneficiados son el PP, que con el 37’7% de los votos tiene el 42’2% de los escaños, y el PSOE, que pasa del 42’6% de los votos al 46’8% de los escaños. Además, al PP le basta superar al PSOE en un punto para sacarle 16 escaños (1996), pero esa misma ventaja en escaños sólo la obtiene el PSOE si supera al PP en 5 puntos (2004). Por el contrario, los partidos nacionalistas no españoles, con el 10’2% de los votos, tienen sólo el 9’4% de los escaños. No son estos partidos, sino el PP y el PSOE, los que sacan más escaños con menos votos, a costa de aquéllos y de IU, con un 1’4% de los escaños para un 5% de los votos.
Los números no engañan: en un sistema proporcional puro, donde todos los votos valen por igual, los partidos nacionalistas no españoles tendrían 4 escaños más, IU 13 escaños más, el PSOE 8 escaños menos, y el PP 9 escaños menos. No obstante, seguro que la Jihad hispánica seguirá mintiendo, pues treinta años de una democracia que no persiguió a los socios locales de Goebbels, como Serrano Súñer, es campo abonado para la mentira.
Article publicat a Público el 7 de març de 2008