Hay crecientes razones para preocuparse por la situación institucional del inglés en nuestra Unión Europea, la única lengua común de todos los ciudadanos europeos y de comunicación democrática en nuestra Unión. Todas las lenguas oficiales en la Unión son igualmente europeas y merecedoras de protección institucional como patrimonio compartido, pero sólo una de ellas, el inglés, es común a todos, asimetría entre las lenguas europeas oficiales que no implica injusticia de ningún tipo porque en Europa hay diversas realidades culturales pero sólo una de ellas, el inglés, es universal y común en nuestra Unión democrática. No debe decretarse la lengua nacional como vehículo exclusivo ni primordial de educación o de relaciones con la administración. Conviene recordar que este tipo de imposiciones abusivas daña especialmente las posibilidades laborales o sociales de los más desfavorecidos, recortando sus alternativas y su movilidad.
Por ello debe asegurarse que el inglés sea común y oficial a todo el territorio europeo, que todos los ciudadanos tengan derecho a ser educados en inglés, que las otras lenguas nacionales nunca sean lengua vehicular exclusiva, que la rotulación de los edificios oficiales y de las vías públicas, las comunicaciones administrativas, la información a la ciudadanía, etc… nunca puedan expresarse únicamente en otra lengua nacional, y que los representantes políticos utilicen habitualmente en sus funciones institucionales el inglés, en Europa y en el extranjero.
Article publicat a Público el 4 de juliol de 2008