Cuando a un pueblo, nación o colectivo se se hiere en lo más profundo de su dignidad y se le intenta de alguna manera humillar, de la forma que se elija, jurídica, mediàtica o represivamente. Porque cuando en política se judicializa el dialogo se traspasa con facilidad el umbral y se accede a la represión alejada de los sistemas representativamente democráticos y eso lo estamos viendo claramente dentro de Cataluña y todo por la gestión de un 155 que junto a un Ley Mordaza son las armas legislativas que se emplean para reprimir lo no deseado por ese gobierno que no es capaz de dialogar.
Una democracia que inauguró dècadas de lucha por la dignidad y por la libertad y un gobierno ha logrado que cayera en los socavones , en los dolores de la humillación. Una democracia que preciso de muchos cambios sociales que no se podían estudiar en Laboratorios porque eran una sucesión de aciertos y fracasos , de una larga construcción colectiva que este gobierno del PP se ha encargado de destruir.
Nadie debe olvidar que nunca hay derrota porque solo sufren derrota los que dejan de luchar y la emoción jamás se rinde , es más està creciendo a medida que lo quieren apagar, tanto en los corazones de los catalanes, como de los que vivimos fuera y no somos catalanes.
Este momento no ha sido más que el momento de la dignidad, de la autoestima de los valores democráticos , que hace años nos sembro de sueños, y ahora se choca con la mas dura de las humillaciones con el cemento del dolor.
Entre políticos se podran arreglar la situación però como prentender acallar el dolor de millones de ciudadanos que han sido acallados por la represión.
Las personas tenemos la capacidad para construir un mundo major, para custodiar y defender la democràcia y es cuando la palabra libertad adquiere una dimensión de caràcter universal, pero algunos parecen que se han encargado que vuelva a la prehistòria en donde los cuarteles eran escuelas.
El conformismo y la indiferencia que suelen mostrar las personas y las familias son las armas con la que juegan los gobernantes, normalmente . El pueblo, consciente de estas injustas e inaceptables carencias, protesta pacíficamente pero con decisión y reclama con todo derecho actuaciones concretas que den la vuelta a la realidad antes del caos.
El problema es que el pueblo catalán, millones de personas, ciudadanos y votantes no podrán olvidar con facilidad esta afrenta y por eso estoy con ese sentir que entiendo perfectamente y que , a pesar de no vivir en Catalunya, lo comprendo perfectamente. Si bien tengo sangre catalana aunque naciese fuera de Catalunya.
Estas son las palabras escritas desde la emoción , por y para la emoción de la dignidad de la palabra libertad en su máxima extensión en un mundo en donde se ha judicializado la política por la verdadera incapacidad que produce el miedo de no saber solventar las situaciones con cierta complejidad acorralado por situaciones de corrupción.