Las últimas decisiones tanto del CGPJ como del Tribunal Constitucional se han tomado como ya es habitual en estas instituciones, con la alineación mecánica de sus componentes en los bloques ‘conservador’ y ‘progresista’, que no son sino una forma suave de referirse a la fidelidad de los nombrados a las posiciones y conveniencias de quienes en su día les propusieron, los partidos PSOE y PP y sus respectivas ramas judiciales, las asociaciones ‘Jueces para la Democracia’ y ‘Asociación Profesional de la Magistratura’. Se sigue cumpliendo la cruda descripción que hace años definió un alto responsable judicial: “Entre quienes han sido nombrados para hacer lo que se debe, y quienes hacen lo que se debe para ser nombrados, casi no hace falta dar instrucciones.” Cuestiones netamente jurídicas son resueltas en función de la alineación político-asociativa de quienes toman la decisión, hasta el punto de que la misma persona, integrada en su bloque conservador o progresista, toma decisiones contradictorias en momentos diferentes ante casos sustancialmente iguales, según a quien, PSOE o PP, afecte positiva o negativamente el caso cada vez,
Nada va a mejorar, el nuevo CGPJ y los nuevos magistrados del TC continuarán este régimen de politización partidista, pues tanto al PSOE-JpD como al PP-APM les va bien así, para tener estos órganos a su servicio. Los perjudicados son los ciudadanos, las minorías nacionales, y una Justicia que se hunde en la ineficacia y el desprestigio.
Article publicat a Público l’11 d’abril de 2008