Como es costumbre de los Vocales del PP del CGPJ, y de su Presidente, las elecciones son una ocasión más para servir a su señor y llamar su atención con el coro “Mire hacia aquí, fíjese en mí” que Buñuel rodó para Libertad Lamarque. Muchos son los llamados y pocos los elegidos, y la vida es dura sin coche oficial, así que nada mejor, piensan ellos, que ofrendar al PP finezas y lisonjas para recabar recompensa cuando por fin este despropósito de CGPJ se les acabe, quizá este mismo año. Muchas han sido las jornadas, conferencias y colocaciones de placas manipuladas para la ocasión, siempre con políticos del PP, a menudo candidatos, e incontables las declaraciones que coinciden con las de ese partido. “El PP hace lo que nosotros decimos”, se jactó el Vocal Requero, pero es más cutre, son figurantes dispuestos a todo para conseguir un papelito en la próxima película.
Anteayer intentaron los Vocales González, López López, Ríos, y el Presidente Hernando, junto al resto de la garba, comprar a costa del contribuyente unos mástiles para imponer una bandera, suya y del PP, en unos edificios vascos, para lo que carecen de competencia. En cambio, cuando la tienen, se niegan a cumplir la ley para instalar una bandera que no es suya ni del PP, concretamente la catalana.
No importa la ley, salvo que le guste a la Jihad Hispánica o que blandirla atraiga sobre ellos la mirada de quien les puede colocar. Con esta casta dirigente, el Estado está perdido. Si yo fuera español, me preocuparía.
Article publicat a Público l’1 de març de 2008
