Una instancia gubernamental española ha publicado la diferencia que hubo en el año 2005 entre lo que los ciudadanos catalanes pagaron a España en impuestos y cotizaciones sociales, y lo que recibieron en prestaciones individuales e inversión pública. Los demás años, misterio. A cada catalán le costó España el año 2005 la cantidad de 2.130 euros, un total de 14.800 millones de euros, el 8’7% del PIB catalán de ese año. Esa cifra tiene un nombre, y ese nombre es el de robo. España se quedó un euro de cada dos pagados en impuestos, y robó al País Valenciano ese año 5.645 millones de euros, 6’4% de su PIB, y a las Islas Baleares 3.136 millones de euros, el 13’9% de su PIB. Es el mapa de los Países Catalanes, los únicos que pagan la España que les domina y define como parte de esa nación, cuando en realidad les trata como una posesión a drenar. El resultado después de la solidaridad, nombre curioso que da el ladrón a su robo, es que Catalunya tiene un PIB a penas superior a la media, y tiene ya menos profesores, aulas y ordenadores por alumno, y menos plazas hospitalarias y personal sanitario que la media del Estado. En el año 2000, Catalunya era la 14 en el Índice de Desarrollo Humano de la ONU, España la 21. El año 2007, Catalunya bajó a la 18 y España subió a la 13. Cuando empezó este régimen, la renta disponible de los catalanes era la primera en el Estado, hoy es la novena, ya superada por Melilla. Como le dijo Bono a Pujol, la solidaridad se practica con los bienes ajenos.
Article publicat a Pública el 19 de juliol de 2008