En las charlas que hacemos desde el Cercle Català de Negocis (@CCatalaNegocis), cuando pregunto nombres de empresarios a la gente, me hablan de Fainé, Brufau, Alemany, Florentino, Botín … pero nunca me dicen la peluquera Mari o el pescatero Joan. Dejadme que os diga que la mayor parte de los nombres que me sugiere la gente NO SON EMPRESARIOS, SON ALTOS DIRECTIVOS O EJECUTIVOS, no son propietarios de las empresas que dirigen o gestionan, y por tanto no arriesgan su patrimonio, de hecho a menudo ni tan solo arriesgan su salario.
El término “empresa” tiene dos acepciones:
a) el más moderno, que habla de una estructura jurídica que permite hacer negocios.
b) el más tradicional, que se refiere a un “proyecto”.
Si lo pensamos bien, los términos empresario y empresa están estrechamente ligados a la forma de hacer típicamente castellana del pelotazo, los contactos de la corte, el palco del Bernabéu y el IBEX (Florentino, Abertis, FCC, Castor, Telefónica, Bankia, etc), mientras que los términos proyecto y emprendedor reflejan por completo el talante del tejido productivo típicamente catalán. En el año 2014 el 99,8% de las empresas catalanas del sector privado son autónomos o PYMES.
Todos los partidos de izquierdas, y muy especialmente el entorno de los comunes como Podemos, Barcelona en Comú (BeC), y Catalunya Sí Que Es Pot (CSQEP), es decir, los partidos de Ada Colau, Pablo Iglesias, Joan Coscubiela, Lluis Rabell, Dante Fachin y otros, hacen un modus vivendi de la división entre ricos y pobres, izquierdas y derechas, empresarios y trabajadores, solidarios e insolidarios, los de arriba y los de abajo, los del Baix Llobregat o Sant Martí y los de la Diagonal, y tantas otras divisiones. Curiosamente cuando se trata de España todos somos hermanos fraternales.
El colectivo de personas que emprende un proyecto empresarial poniendo en riesgo su patrimonio personal es muy heterogéneo. Segun estos partidos del entorno de los comunes, si tu, trabajador, pobre, de izquierdas, y del Baix Llobregat, Sant Martí o Nou Barris, dejas la empresa para la que trabajas, capitalizas el paro y decides abrir una tienda de caramelos, automáticamente pasas a ser un empresario, rico, potenciamente extorsionador, que te harás insolidario en cuatro días, y que cuando estés forrado de billetes de haber vendido muchos caramelos te irás a vivir a la Diagonal y echarás de la empresa a tus colaboradores. En definitiva, te has convertido en un ser despreciable en un solo día. Ahora para los comunes ya eres la peste personificada. Pero, ¿qué pasa si trabajo para un tercero y al mismo tiempo tengo una empresa, entonces qué soy, un Alien? ¿Pero qué no os dais cuenta que éste es un planteamiento de locos que nos hace ser infelices y malcarados?
La condición de mala persona o impresentable es atribuible a las personas, ya sean empresarios o trabajadores. Es decir, hay empresarios malas personas e impresentables, y trabajadores malas personas e impresentables. De la misma forma hay empresarios buena gente, y trabajadores buena gente. Ser impresentable, malo o bueno es condición de las personas, no de los empresarios o de los trabajadores.
¿Estais de acuerdo conmigo que no tiene ningún sentido? ¿Entendéis, como yo, que tenemos que acabar con esta división? ¿Entendéis que debemos trabajar para que estos dos ámbitos de la economía productiva se muevan unidos de manera colaborativa para conseguir resultados y beneficios que favorezcan a todos?
1. a los emprendedores: que respeten a los trabajadores como personas y colaboradores necesarios para su proyecto vital, que los valoren de forma honesta en función de la aportación que hagan, que los incorporen de forma efectiva en la toma diaria de decisiones, y que adopten medidas leales respecto al proyecto y a las personas que lo acompañanen en su apuesta.
2. a los trabajadores: que valoren y respeten el riesgo y el esfuerzo personal, legal y patrimonial del emprendedor, y que se involucren activamente en el proyecto como parte esencial y imprescindible del mismo.
David Fernàndez (@DavictusCat)
Vicepresidente del
Article en català: http://www.ccncat.cat/empresari-kk/