Ortega y Gasset ya trató este tema en un discurso un 13 de mayo de 1932 y ese fue el punto de partida para realizar la Constitución del 78, han pasado 40 años y nos hemos estancado.
Ahora sería preciso matizar que Catalunya cambiara su status jurídico-político y por tanto cambiaría su relación con el Estado de España. Intentar buscar coaliciones entre bloques para diluirlos posteriormente no va a tener ningún resultado eficaz. Históricamente este problema siempre ha existido y siempre se ha preferido que se eche a perder a solucionarlo. Está claro que una de las soluciones reales pasa por un proceso Constituyente y nadie quiere, ni tiene interés en afrontarlo, pues todos mirar de forma cortoplacista , especialmente en recuento de votos y escaños y ese es el error de partida. Las soluciones del problema pasarían por varías fases iniciales a mi ver que son las que aquí expongo:
1- Elevar el Estatut de Catalunya al rango de norma constitucional, un cambio que implicaría llevar a cabo una consulta, sometiéndola a referéndum. No se puede aceptar que sea la única comunidad autónoma que no tenga aprobado por referéndum de su ciudadanía su norma constitucional básica. De esa manera se convertiría en una verdadera constitución nacional, equivalente a la de los estados nacionales de un modelo con rasgos federales como el español. Pero para ello se precisa un pacto interno entre todas las fuerzas políticas sobre el contenido del Estatut, cosa que ni el PP, ni C,s accederá con total seguridad.
2- España debería tomar la iniciativa y empezar a hacer propuestas de país. Una propuesta que pueda ser atractiva para esas sociedades que mantienen una doble identidad. Como pasa en el País Vasco, Catalunya, Galicia entre otras. No se puede proponer un sistema federal si con el otro ojo estás mirando cuánto vas a subir o a bajar en las encuestas de intención de voto del día siguiente.
El nacionalismo sólo pide honestidad. No oculta su aspiración. En estas soluciones si al federalismo y no al confederalismo, muy conservador con experiencias históricas terribles, como los sudistas de Estados Unidos, que jamás se deberían repetir . El federalismo sirve de pegamento, sin embargo para estos tipos de conflictos. La Constitución tiene en su Carta Magna algunos errores que deberían ser revisados.
El problema de la Constitución está en el un artículo 150.2, según el cual el Estado puede decidir la transferencia de competencias que le pertenecen a una Comunidad Autónoma, porque considera que así van a ser mejor desarrolladas y el poder en definitiva lo ostenta el Estado, de forma autocrática y poco objetiva. Eso en el federalismo cierra los problemas porque establece claramente cuáles son las competencias de unos y de otros, y evita las discusiones. Además el federalismo es igualitario porque obliga a lo solidaridad que es un asunto político y no de caridad.
Por eso para solucionar el problema se ha de pasar inevitablemente por un proceso Constituyente en el que se deben acometer todas las reformas necesarias para los nuevos tiempos.
Mientras España no reconozca que existe un problema político y que ese problema político parte de él y no está en la otra parte no tendrá solución este problema que se enquistará y se agravará con el tiempo.
