L’obsessió anticatalana d’Espanya aparta Dani Comas del mundial de Bike Trial, aquesta notícia silenciada pels grans mitjans demostra un cop més que Espanya no perdona, i no perdona la voluntat dels catalans de voler jugar amb la seva selecció. Espanya no mereix jugar les competicions de seleccions perquè no practica el joc net, fa tot el possible per impedir el dret dels catalans a participar, i ho fa amb totes les eines que té a l’abast, xantatges, suborns amenaces de tot i com a mostra aquest article que va publicar La Vanguardia el 12 de febrer de 2007. Val la pena llegir, ells aquest article, ells no perdonen, nosaltres perdonem massa.
Joc brut d’Espanya contra l’hoquei català
España convierte la representación internacional en un tema de Estado y no regatea medios para impedirla. Eugeni Casanova.
Es una guerra sorda que tiene al mundo entero como escenario. Todo vale y no se regatean medios. En principio, baten el cobre dos simples federaciones deportivas que dicen representarse sólo a sí mismas, pero detrás se enconan intereses políticos, pugnas nacionales y principios intocables. Lo dijo Alfredo Pérez Rubalcaba, hoy ministro del Interior, a los representantes catalanes durante la negociación del Estatut: “Las federaciones deportivas, ni nombrarlas; son razón de Estado y no pasarán”.
El gobierno español había cogido una indigestión de simbología catalana cuando el equipo de Jordi Camps se llevó de calle el Mundial B, en octubre del 2004 en Macao, y las televisiones mostraron a los eufóricos jugadores envueltos en estelades independentistas y escuchando con respeto Els Segadors. Pasqual Maragall, entonces presidente de la Generalitat, viajó a la ciudad china para saludar a los campeones y manifestó que se trataba sólo del primer paso, y que un día Catalunya vencería a España en las pistas.
Aquello resultó intolerable. El presidente Rodríguez Zapatero manifestó unos días después que un partido España-Catalunya “es un futurible que no se producirá”. El camino estabamarcado y no ha habido cuartel.
Batalla en Buenos Aires
La última batalla se libró el pasado 10 de febrero en Buenos Aires, en la asamblea de la Confederación Sudamericanade Patín. La Federación Catalana había sido admitida en ella el 11 de noviembre respondiendo a una invitación de las federaciones del continente. La maquinaria del Estado se puso inmediatamente a trabajar. Unos días antes llegaron a Buenos Aires el presidente de la Federación Española Carmelo Paniagua y el subdirector general de Alta Competición, Ángel Luis López de la Fuente, que “ejerció de Papa”, en palabras del presidente de la Catalana, Ramon Basiana, citando a su hotel a los presidentes de las federaciones más humildes y repartiendo prebendas.
La asamblea, a la que asistieron siete de los ocho miembros que la componen, resultó tumultuosa. Cajaravilla pidió incluir un nuevo punto en el orden del día para votar la presencia catalana y presentó la dimisión, según palabras del vicepresidente primero, Armando Quintanilla, cuando se abordó la parte económica “porque no pudo justificar gastos como 4.500 dólares en correspondencia”. El uruguayo
salió de la reunión para irse a encontrar con Paniagua y López de la Fuente y estuvo ausente una hora y media. A su regreso, dijo que se echaba atrás en su renuncia, punto que no fue aceptado por los presentes. Quintanilla, nuevo presidente según los estatutos, levantó acta de la sesión, que firmaron Argentina, Brasil, Chile, Colombia y Catalunya.
Ernesto Caravajilla cenó esa noche con Paniagua y López de la Fuente, y al día siguiente extendió su propia acta –que lleva fecha del domingo 11 de febrero–, firmada por los representantes de Paraguay y Ecuador, ademásde su compañero de Uruguay. Cajaravilla dejó escrito que consultó al presidente de la Española sobre si daba su permiso para la permanencia de Catalunya y éste la negó. Paniagua exhibió ese escrito en una conferencia de prensa el pasado miércoles en Madrid para indicar que los catalanes habían sido expulsados.
La abogada de la Federación Catalana, Judith Martínez, explica, por su parte, que ese acta no tiene valor. “Es curioso que la Federación Española sea la única que muestra ese papel, cuando no es miembro de la entidad que figura en el membrete y cuando
no asistió a la reunión. Nadie más lo ha hecho público –afirma tajante– y los jueces demostrarán que Paniagua ha urdido una patraña. La expulsión sólo sería válida con una votación oficial, y ésta no existió”. Quintanilla dice que se querellará contra quien pretenda pasar por válida ese acta.
Promesas económicas
Camelo Paniagua, que prometió hacer una contribución de 25.000 euros anuales a la Confederación Sudamericana, explica que “Armando Quintanilla dio un golpe de estado y se ha autoproclamó presidente al más puro estilo fascista”. “Da risa –añade– que Catalunya quiera competir en Sudamérica; si no están a gusto en la Federación Española que se vayan, pero mi deber es impedir que participen en competiciones internacionales porque deben respetar la ley”. Es casi lo mismo que Quitanilla dice de Cajaravilla, a quien acusa de mafioso y de venderse a “los manejos españoles”.
López de la Fuente, por su parte, declinó explicar su punto de vista a La Vanguardia “para no interferir en las decisiones de la Real Federación Española de Patinaje”. Reconoció, sin embargo, haber viajado a Buenos Aires “para apoyar a Carmelo Paniagua”. La Federación Catalana manifestó por su parte que el Gobierno español incumple la ley al boicotear a una entidad privada española. Su gerente, Quim Pastor, asegura que decidan lo que decidan los jueces en Sudamérica, “lo importante es que ha habido dos federaciones importantes, Chile y Brasil, que por primera vez han plantado cara a la federación y al Gobierno españoles, y eso no se lo esperaban”.
Según sus palabras, la aceptación catalana en la Confederación Sudamericana los dejó “descolocados”, puesto que creían que el asunto había quedado liquidado para siempre en la asamblea de Roma del 29 de noviembre del 2005.
El diputado de Convergència i Unió en el Congreso de los Diputados Josep Maldonado, que fue secretario general del Esport en el último ejecutivo Pujol, explica que “lo de Buenos Aires ha sido vergonzoso, como lo fue lo de Fresno y lo de Roma: España ha puesto a todo su aparato político y diplomático a trabajar y me consta que ejercen todo tipo de presiones, que incluyen juego sucio a todos los niveles”. “Esto no es ni lícito, ni democrático, ni correcto”, sentencia.
“Lo de Fresno” fue también una tangana, aunque mucho mayor porque allí había representantes de todo el mundo. La Federación Catalana había sido admitida por unanimidad en la Federación Internacional de Patinaje (FIRS) de Miami del 27 de marzo del 2004. Eso debía ser ratificado en Fresno (California) el 26 de noviembre del mismo año. El 11 de noviembre, el Parlament de Catalunya aprobó una proposición no de ley que pedía al Gobierno español “respeto” por las decisiones de las federaciones deportivas. Fresno debía serunpuro trámite, puesto que en la historia de la FIRS siempre se había dado luz verde sin problemas a las altas ya aprobadas.
El presidente de la Internacional era entonces el catalán Isidre Oliveras de la Riva, quien sufrió una especie de golpe de estado de sus vicepresidentes durante la celebración de la asamblea y tuvo que presentar la dimisión. La mesa ordenó que la votación fuera a mano alzada, cuando los estatutos establecen que tiene que ser secreta si lo solicitaban dos de los miembros, como así fue. El italiano Sabatino Aracu tomó el relevo de Oliveras de la Riva. El recuento fue muy mayoritario a la exclusión de Catalunya, pero la Federación Catalana alegó irregularidades y recurrió al Tribunal de Arbitraje del Deporte (TAS) de Lausana, que le dio la razón y obligó a repetir la votación. El lugar que fijó la FIRS para ello fue la capital italiana, en campo de Aracu.
Quim Pastor explica que los representantes españoles no se esperaban la resolución del TAS: “En Roma la votación sería secreta y tenían pánico de perderla, y pusieron toda la carne en el asador”. El presidente de la Federación Dominicana de Patinaje, Austo Rafael Arias, muestra aún hoy una profunda indignación. “Fue humillante; un tipo me acorraló en un pasillo del aeropuerto de Barajas y empezó preguntándome a qué iba a Europa”. La persona, que en ningún momentose identificó, le pidió toda suerte de acreditaciones y le hizo decenas de preguntas. “Yo le dije que iba a Roma a la asamblea de la Federación Internacional de Patinaje y que sólo estaba de paso. Al principio, creí que era un agente de Inmigración, pero luego vi algo extraño; yo ya había pasado los controles, aunque estaba todavía en la zona de seguridad del aeropuerto. Por fin, el tipo se destapó, me dijo que recapacitara sobre mi voto en Roma y que los catalanes no debían pasar, que un país no podía tener dos federaciones oficiales de patinaje. Era obvio que me estaban siguiendo, sabía perfectamente quién era yo”. El caso se repitió en el aeropuerto Charles de Gaulle de París, esta vez con los presidentes de las federaciones
de patinaje de Honduras y de El Salvador. Habían pasado ya los controles de pasaportes y se dirigían a tomar el avión hacia Roma cuando les abordaron dos hombres que hablaban castellano con acento de España y los metieron en un cuarto, y allí les pidieron su “invitación”. Diana Nolasco, la representante hondureña, se mostró desconcertada en un primer momento. “Yo les expliqué a qué iba a Roma y entonces ellos se echaron a reír yme dijeron: “Ya sabemos que va a eso de los catalanes”. “Usted no va a poder entrar –añadió uno de los hombres–
y sepa que los catalanes no tienen derecho a tener una federación”. “Me sentí agredida, atropellaron mis derechos”, manifiesta Nolasco, que luego denunció el caso ante la FIRS. La tuvieron retenida durante veinte minutos y perdió su vuelo. Nolasco asegura que no cambió su voto favorable a Catalunya. El presidente de la federación salvadoreña, Rafael Mejía, no sabe quiénes eran aquellos sujetos, pero les revisaron
todos los papeles y era obvio que actuaban en connivencia con la policía francesa. Mejía explica que la Federación Española de Patinaje “hizo un lobby” y habló a todos los presidentes de las federaciones de Centroamérica y el Caribe para que votaran contra Catalunya. Les pagaron el viaje primero a Madrid, donde los tuvieron en un hotel durante dos días y les dieron charlas, y luego a Roma, donde los metieron en otro hotel con todos los gastos pagados. Eso ya había sucedido en la asamblea de Fresno. El propio Armando Quintanilla denunció “las presiones brutales” de la diplomacia española para orientar el voto de su federación y de otras sudamericanas en Fresno y en Roma.
El presidente de la panameña, Manuel Salazar, recibió billetes para viajar a Madrid y a Roma, y diferentes invitaciones, pero los rechazó. “Me llamó Paniagua para ofrecerme su apoyo y hablarme sobre la ‘cuestión catalana’, cuando nunca lo había hecho antes ni tampoco después. La buena voluntad de los españoles suena a cuento”, manifiesta. Quintanilla se suma a esta opinión: “Chile venció en el 2006 el mundial femenino de hockey gracias a la ayuda catalana. Nunca antes había ganado ningún mundial. Ahora nos están asesorando con trial. España, en cambio, promete por intereses oscuros y nunca da nada”.
La presidenta de la Federación Alemana, Ute Villwock, se quedó, por su parte, perpleja cuando recibió una llamada del ministro responsable del deporte –nunca antes había hablado con él– para asegurarse que hubiera un no alemán para Catalunya. Le había llamado el titular de Asuntos Exteriores español y quería dejar claro su voto. Villwock explica que su federación sigue trabajando con la catalana y confía que “los catalanes nos sigan considerando sus amigos”.
Ésa vía se utilizó también con los checos. Radek Pavelec, entrenador desde hace siete años del Club Patí Jonquerenc, de La Jonquera, se puso en contacto con su federación para interesarse por su voto en Fresno, y recibió un correo firmado por el secretario de la entidad en el que se le informaba de que su posición era negativa porque “el Gobierno de España, mediante el ministro del Deporte (sic), ha solicitado al Ministerio de Educación, Juventud y Educación Física de la República Checa que se pronuncie en contra de la participación de un equipo independiente de Catalunya”.
Sin visado para Roma por su parte, el presidente de la federación camerunesa, Georges Paraiso, se quedó con las ganas de viajar a Roma para votar. “Esperaba el visado, pero me lo negaron”. Paraiso explica que, de todas maneras, Catalunya recibió su voto porque pudo hacer llegar a un representante suyo a Roma. El camerunés conoce Catalunya porque tiene a un sobrino en Barcelona y también porque la Federación Catalana le contactó por correo electrónico para informarle. Según sus palabras, a otros representantes de federaciones africanas, como las de Congo Brazzaville y República Democràtica del Congo, les sucedió con el visado lo mismo que a él. El presidente de la federación cubana también se quedó sin permiso para viajar a Italia cuando ya tenía las maletas hechas.
La postura de la federación italiana la expuso su propio presidente, Sabatino Aracu, tras la asamblea de Romaen su página web (de la cual levantó acta notarial la Federación Catalana): “Siguiendo indicaciones precisas que me llegaron de la Presidencia del Consejo de Ministros y, de acuerdo con las sugerencias y las presiones que muchos otros gobiernos me habían dirigido, he activado desde hace días una intensa trama de contactos internacionales, que ha determinado el voto contrario expresado en el comité central de la Federación Internacional.
No era posible tolerar, y no lo hemos consentido, el uso instrumental e innoble del patinaje y del deporte en general como mecanismo de intolerables y peligrosas reivindicaciones independentistas en España”. Aracu es también diputado de Forza Italia y sujefe de filas, Silvio Berlusconi, era entonces el primer ministro italiano.
La Catalana perdió la votación de Roma, pero el resultado fue mucho más ajustado que en Fresno, puesto que 30 federaciones la apoyaron, contra 38. El próximo round, seguramente en los tribunales argentinos.
Ivan Tibau, el capitán de la selección catalana de hockey, se muestra esperanzado con la posibilidad de volver a competir de manera oficial. “Es obvio que Sudamérica no es nuestro ámbito natural, pero lo importante es dar pasos hacia adelante”, dice. El jugador ha sido muy activo en su reivindicación de la selección catalana. En el año 2003 se mostró partidario de competir con Catalunya estando concentrado con la selección española en Andorra y fue inmediatamente expulsado de la convocatoria. “Me descartaron del equipo cuando llevaba seis años de titular y dije que nunca más volvería”, cuenta. No le han vuelto a llamar. El caso del jugador del FC Barcelona Miquel Masoliver fue más controvertido, porque él se negó a acudir a la llamada del seleccionador español. La legislación española, en un caso sin parangón en el
mundo, contempla una inhabilitación total de hasta cinco años si este hecho se produce. Frente a la amenaza,Masoliver tuvo que retractarse, aunque entonces el seleccionador optó por no convocarlo “por falta de motivación”
Delegados retenidos, presiones y dinero para apartar a Catalunya Ilusión por volver a competir
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