Un Juez de la Asociación Profesional de la Magistratura (APM) no tramita el papel necesario para que un condenado entre en prisión, un CGPJ gobernado por la APM y el PP le inspecciona y no detecta nada, y un portavoz del CGPJ de la APM improvisa una apología de la cadena perpetua como cortina de humo que de nada sirve porque, si no se encarcela a los condenados, tanto da que su condena sea más o menos larga. El CGPJ que ellos gobiernan desde hace más de un lustro podría haberse dedicado a establecer sistemas informáticos de aviso y control, y una inspección eficiente, pero en su lugar el directo responsable, el Presidente Hernando, de quien depende la inspección y su jefe, sr. Gil Sáez, se dedicaba a enriquecerse personalmente aprendiendo a bailar sevillanas y a expedientar a los Jueces desafectos. Su incompetencia y desidia no les ha impedido dar rienda suelta a fantasías sexuales sobre bestialismo y poligamia y descalificar el Estatuto aprobado por el Parlamento de Catalunya, cuando ya estaba profusamente modificado por el Congreso, asuntos que nada tienen que ver con lo que necesitan los ciudadanos del CGPJ. No se trata solamente de un error judicial, se trata del fracaso de un sistema que ellos han gobernado y gobiernan al servicio de una estrategia del PP y la APM y al margen de la ley, como reiteradamente les recuerda el Tribunal Supremo anulando sus acuerdos por ilegales.
Ya nadie devolverá Mari Luz a la vida, pero hay que impedir que un caso así vuelva a ocurrir. Échenlos.
Article publicat a Público el 4 d’abril de 2008